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martes, 29 de octubre de 2013

Análisis de 'Assassin's Creed IV: Black Flag'



Menuda sorpresa nos llevamos el pasado viernes, 25 de octubre. Las tiendas empezaron a vender ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’ en consolas, y eso que su fecha oficial estaba fijada, como nos había dicho Ubisoft varias veces, para el 31 de octubre. Lo curioso es que finalmente se ha movido al 29 de este mes. O sea, este martes. Hoy llega a las tiendas oficialmente ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’.

Llega, por lo tanto, el momento de analizarlo como se merece, porque estamos no solamente ante uno de los lanzamientos de la semana, sino del mes e incluso del año. Que por algo llevamos media docena de entregas de ‘Assassin’s Creed’. La duda es, ¿habrán estado a la altura estos piratas?

Antes de nada debo decir que no soy un ferviente seguidor de la saga. A falta de una entrega, dispongo de toda la colección, y no me ha enganchado su mecánica. En parte por culpa del primero de todos, que me gustó más por su ambientación que por todo lo demás, resultándome un producto que se hacía muy pesado a la larga. Las demás entregas no consiguieron atraparme, hasta que Ubisoft Montreal decidió adentrarse en el mundo de los piratas, con esas islas caribeñas tan seductoras y esos combates navales a gran escala. Consiguió que me volviese a interesar por un ‘Assassin’s Creed’, en definitiva, convirtiéndose en uno de los títulos más esperados.

Quisiera ser pirata, no por el oro ni por la plata, sino por ese tesoro que tienes entre las patas


La sensación inicial tras adentrarnos en el Cabo de Buenavista, donde arranca la historia, y consultar después el mapa del Caribe de 1715, es sobrecogedora. El convertirnos en piratas y poder explorar cualquier isla a placer, con una libertad casi total gracias a nuestro barco, no tiene precio.

Aunque es una sensación que se va diluyendo tan pronto nos damos cuenta de que no todas las islas tienen el mismo tamaño, hay partes del mapa a las que simplemente no podremos acceder (son todo fachada, con acantilados y vegetación), y que no podremos explorar el fondo marino a placer, tan solo los pecios hundidos. Pero aun con todo, ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’ es una de las mejores experiencias sobre los piratas y todo lo que les rodea. Es casi como ser partícipes de una película de Piratas del Caribe. Aunque sin la gracia del camaleónico Johnny Depp.

Pero empecemos por el principio. Estamos en pleno siglo XVIII, en el idílico, a priori, Caribe. Nada más lejos de la realidad. Pronto seremos testigos de la pobreza y enfermedad de Nasáu, la corrupción y avaricia de La Habana, con españoles e ingleses dominando las aguas. Y nosotros, bajo Edward Kenway, liderando a los piratas en forma de Assassin. Un cóctel explosivo que muestra su mejor cara con la exploración y la navegación, más que por la mecánica de sus misiones.

El Caribe según ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’


A pesar de haber reservado su edición para consolas de nueva generación, con esto de haber salido con una semana de antelación en PS3 y Xbox 360 no pude evitar agenciármelo, y para mi sorpresa ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’ luce de maravilla. No es sorpresa, en cualquier caso, si tomamos como referencia los anteriores capítulos. Pero no esperaba que luciese tan bien tras ver vídeos de PC, PS4 y Xbox One. El nivel de detalle, claro está, no es el mismo, lo que no quita que haya momentos en los que nos quedemos embobados con el paisaje, con las inclemencias del tiempo, como lluvias intensas, tormentas, huracanes, u olas de gran altura, y otro tipo de detalles.

También es digna de mención la variedad de escenarios que presenciaremos, con ciudades en algunos casos pobladas, como La Habana, Kingston o Nasáu, mostrando diferencias sociales importantes, pequeñas islas con lo esencial, cuevas escondidas en las zonas más recónditas del Caribe, templos mayas con suculentos tesoros, fuertes altamente defendidos situados en puntos clave, o pecios hundidos a los que accederemos únicamente tras comprar la mejora de la campana de buceo de nuestro barco Jackdaw. La pena es que dicha variedad no se extienda a las partes del mapa a las que no podremos acceder de ninguna manera, con esos acantilados y vegetación clónicos.

Por extensión estamos ante el ‘Assassin’s Creed’ más completo, con once zonas marítimas diferenciadas según su dificultad. Tortugas Secas (donde están Cabo de Buenavista y La Habana, entre otras) y Gibara, por ejemplo, están catalogadas como fáciles, mientras que Chinchorro y Serranilla son difíciles, quedando entre medias Contoy (donde está el templo Tulum) o Punta Guarico, por citar tan solo un par. Es curioso, porque cada una de estas zonas está controlada por un fuerte, y si lo asediamos y nos hacemos con su control, aparte de desbloquear una capitanía de puerto para mejorar nuestro Jackdaw, actuará como atalaya marítima, revelando todos los puntos de interés. Puntos que, por otro lado, podremos descubrir navegando por el mapa.

¡Abordar el barco! Dijo, Kenway. Y el barco quedó precioso


Queda bastante claro, por lo tanto, que la navegación es importantísima en ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’. Edward Kenway no es el único protagonista de esta historia ideada por Ubisoft Montreal, sino también nuestro barco Jackdaw. Será vital conocerlo a fondo, dominarlo y mejorarlo, porque lo usaremos en todos los desplazamientos por el Caribe y en buena parte de las misiones.

El uso del catalejo también será esencial, porque nos desvelará información sobre cada barco, desde su nombre y a quién pertenece, a los recursos que lleva en su interior. Y lo más importante, su nivel. De ese modo sabremos si conviene enfrentarnos al enemigo o no. Aunque en mi caso al principio fui a lo loco, sintiéndome especialmente orgulloso de hundir un barco de nivel 23 cuando yo todavía era novato. ¿Cómo fue posible? Gracias al uso del recién estrenado mortero. Gran inversión.

Hay múltiples aspectos a tener en cuenta de nuestro barco Jackdaw. Los más importantes son las armas y la protección. Por el vasto océano nos encontraremos con incontables cañoneras, goletas, bergantines, fragatas o navíos de guerra, y a veces no nos quedará más remedio que lidiar con ellos, bien sea porque la misión lo requiere, porque cargan en su interior con bienes preciados que necesitamos para mejorar nuestro navío, o porque estamos en una zona vigilada. Habrá que estar preparados, y si no contamos con un casco lo suficientemente resistente, o un buen número de cañones de andanadas, con esos morteros de apoyo, no aguantaremos mucho tiempo a flote. Incluso a veces será inevitable caer si nos superan en número y no calculamos bien nuestra jugada. Y ya no digamos si tenemos la osadía de enfrentarnos a uno de los cuatro superbarcos… Muerte segura.

No hay que confiarse. Jamás. El mar nunca perdona. Ya podemos tener todo de cara contra tres barcos, que igual se interpone el viento, o algo peor, como una tormenta, que puede chafar nuestra jugada, complicándola en exceso. Desde aquí maldigo a los huracanes. Por puñeteros. Os odio.

De ahí que toda precaución sea poca, centrando buena parte de nuestros esfuerzos en conseguir el mayor número de materiales y reales (moneda del juego) para mejorar nuestra “segunda casa”. Serán necesarios metales, telas y maderas, quedando relegados el azúcar y el ron para darnos más dinero solamente. Al principio estaremos supeditados a la historia, pero más adelante no habrá barrera alguna. Si tenemos reales, metales, telas y maderas, podremos mejorar cualquier parte del Jackdaw. ¿Y cómo se consiguen? Pues o bien abordando barcos (si los hundimos y cogemos el material conseguiremos tan solo la mitad), o bien robando almacenes en diversas islas. También habrá materiales sueltos, en pequeñísimas cantidades, por el mar, que podremos recoger desde nuestro barco, igual que los tripulantes. Pero eso nos llevaría más tiempo, con lo que no es rentable.

Navegar con el Jackdaw en ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’ es un placer


Con el Jackdaw de ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’ me he sentido un poco como con el Mascarón Rojo de ‘The Legend of Zelda: The Wind Waker’. Navegar es un placer. El no saber qué nos deparará cada punto de interés del mapa del Caribe o los peligros que afrontaremos hasta llegar ahí. Contaremos con distintas velocidades, siendo la de trayecto la más rápida de todas y la que mejor panorámica nos mostrará, aunque con ella no podremos atacar y no siempre estará disponible.

El que no disfrute con la navegación (tal vez no sea éste su juego) se alegrará al saber que con cada atalaya y/o isla que descubramos podremos desplazarnos al instante a ella (previa carga). Pero sólo cuando no estamos perseguidos o atacados por el enemigo, como es lógico. Y se agradece. Porque a veces, por mucho que nos guste navegar, tendremos que ir de punta a punta, y no es plan de jugarnos la vida y el tiempo así como así, que ‘Black Flag’ no es una aventura corta, precisamente.

La trama se desarrolla en dos épocas distintas (el Caribe de 1715 y la “actualidad” en las oficinas de Abstergo), recayendo todo el peso en el Caribe, con Edward Kenway, y las revelaciones importantes de la trama en la actualidad, viéndonos en la tesitura de hackear a nuestros compañeros (en algunos casos con minijuegos a lo ‘Frogger’) para sacar todo tipo de información sobre la saga.

Pero volviendo al Jackdaw y la navegación, podremos desde cazar (desde un bote preparado con su arpón) animales marítimos como varios tipos de tiburones y ballenas, con un sistema efectivo a la par que espectacular, hasta abordar barcos o asediar fuertes. Gustándome especialmente esto último, ya que serán por lo general todo un reto. Excepto tras destruir todas sus defensas, ya que será un paseo después entrar y eliminar a los enemigos que los custodian. De hecho casi cualquier combate sobre tierra. Se mantiene el mal endémico en la saga de que los enemigos nos atacan por turnos, al contrario de lo que sucede en la saga ‘Batman Arkham’. No nos será difícil darles matarile con nuestras espadas, atacando sin cesar, contraatacando, o desarmándolos para después rematarlos. Se mantienen las hojas ocultas, ideales para el combate entre las sombras, y para más inri, aumentando esa sensación de escasa dificultad, contaremos con distintas herramientas que nos ayudarán en combate, como las bombas de humo (tras lanzarlas podremos huir o eliminar sigilosamente al enemigo), o dardos de distintos tipos, como narcóticos y enloquecedores. Estos últimos son venenosos, por cierto, y provocarán en el enemigo un estado de locura para arremeter contra todo lo que se le ponga por delante. Esto hace que cualquier abordaje sea asequible independientemente de nuestra tripulación. En especial cuando tengamos a tono a Kenway.

Cazando animales para mejorar y sobrevivir


Con esto que decimos sobre Edward nos referimos al apartado de desarrollo, desde donde mejoraremos su salud, aumentaremos su munición, crearemos dardos y atuendos, ya que serán necesarias distintas pieles de animales. Por lo tanto cazar será también un aspecto vital en ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’. Los animales marinos tan solo los podremos cazar por medio del bote del Jackdaw, mientras que el resto, como ciervos, ocelotes, cocodrilos y demás, con nuestra pistola (el método más efectivo) o con nuestras hojas ocultas, por ejemplo. Lo bueno es que aparte de la piel nos llevaremos un hueso por cada caza, y cada hueso nos sirve para crear más dardos.

Si somos impacientes podremos comprar en las distintas tiendas del Caribe pieles de cada animal, aunque nos saldrán muy caras. Y al igual que podemos comprar, podemos vender. Que la piel de ballena blanca se cotiza muy, pero que muy bien (4.000 reales). Si nos dedicamos a cazar este cetáceo nos haremos de oro, por mal que le pese a la PETA. Un secreto: es sólo un juego.

Sensación de mayor variedad… con aspectos a pulir


Se lo estaba comentando a mis compañeros a medida que pasaba las horas con ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’, no se me hacía tan pesado como en otras entregas. A ello ayudaba la (casi) libertad de exploración y los múltiples secretos que nos aguardan en el Caribe. Pero poco a poco le he ido encontrando aspectos a pulir, como esas misiones que nos obligan a seguir un objetivo sin que nos vea, escuchando una conversación a hurtadillas, para acabar, por lo general, matando a alguien. En lo personal aborrezco este tipo de misiones, y aquí volverán a abundar, para mi desgracia.

Si nos centramos en otras cosas, como en la búsqueda de tesoros, disfrutaremos mucho más, porque ahí es donde este trabajo de Ubisoft Montreal muestra su mejor cara. En lo ya comentado de la exploración y navegación. Desde los mapas del tesoro a la sencilla resolución de puzles de los mayas, nos tendrá muchas horas atrapados y a la vez se nos recompensará con desbloqueos para nuestro Jackdaw o atuentos de templario únicos. Y hablando de recompensas, donde falla un poco esta aventura de Edward Kenway es en los retos de Abstergo, ya que todas se centran en recompensas de retratos para el multijugador o trucos. Y eso que los retos en sí son bastante divertidos y variados, centrándose en todas las facetas de un pirata: asesino, explorador, luchador, cazador… Habrá casi de todo, gustándome en especial los de “hunde un barco con una embestida” y “mata a un ocelote con la hoja oculta”. En total habrá 100 retos de Abstergo, y no será muy difícil cumplirlos todos.

En cuanto al resto de misiones, habrá algunas temporales, como salvar a piratas aliados, o embestir a un soplón que nos quiere delatar, y otras secundarias centradas en eliminar un objetivo, tanto por tierra como por mar, sin olvidar las Cazas Templarias, con distintas misiones para cada objetivo.

En líneas generales pesan más los aspectos positivos de las misiones secundarias que ciertas mecánicas un poco pesadas inherentes a la saga, pero que impiden que ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’ se convierta en un producto redondo. Tampoco ayudan los objetivos secundarios de las misiones principales, obligándonos (si queremos el 100% de sincronización) a realizar tareas que nos dificultarán la tarea de completarlas con éxito, frustrándonos en algunos casos, como embestir desde arriba a un objetivo, utilizar cierto número de veces una herramienta, evitar el enfrentamiento abierto, y cosas por el estilo. Suerte que podremos repetirlas sin problemas desde cualquier momento, una vez superadas, con lo que con paciencia se puede conseguir un 100% de sincronía de recuerdo.

Detalles a saber de ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’


A la vista está de que ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’ dista de la excelencia, aunque se le acerca. La temática pirata le sienta de maravilla, pero Ubisoft se excede con ciertas fórmulas, sin saber dosificarlas bien. Si nos centramos en la exploración y la navegación disfrutaremos como enanos de este trabajo de Ubisoft Montreal. De lo contrario habrá momentos que se nos hará pesado.

Como otros detalles a destacar habría que hacer mención especial a los piratas legendarios que aparecen en esta aventura, como el temible Barbanegra, entre otros, y el doblaje al español. Con una pequeña mancha en este apartado, ya que las salomas, esos cantos de marineros, no se han traducido, escuchando cómo nuestra tripulación las canta en perfecto inglés. Incomprensible.

En resumen, y a falta de probar el modo multijugador en profundidad, ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’ me ha gustado mucho, pero no tanto como me esperaba. Aunque al menos ha conseguido que vuelva a resarcirme con la saga. Ojalá estos piratas no se queden en el olvido y vuelvan pronto.



Plataformas: PC, PS3, PS4, Wii U, Xbox 360 (versión analizada) y Xbox One
Desarrollador: Ubisoft Montreal
Compañía: Ubisoft
Lanzamiento: 29 de Octubre (PS3 y Xbox 360), 22 de noviembre (PC, Wii U y Xbox One), y 29 de noviembre (PS4)
Precio: 69,99 euros (en Amazon, por ejemplo, lo tienen por 54,72 euros)

Sitio oficial | Assassin’s Creed




Analisis de 'Batman Arkham Origins'



Contengo el aliento y me preparo para lo inevitable. Esta ciudad corrupta y al borde del abismo no podrá aguantar mucho tiempo más sin alguien dispuesto a hacer grandes sacrificios. Ese alguien soy yo, debo ser yo. Y no me importa sacrificarlo todo intentando dejar un mundo mejor que el que yo me encontré.

Ladrones, maestros del crimen organizado, pandilleros, esbirros… esta noche les visitará el murciélago y les hará revivir sus peores pesadillas. Llevan años atemorizando a la gente de Gotham pero hoy mirarán a los ojos de la muerte y suplicarán piedad. No la tendré. No puedo tenerla. Alguien debe ser más que un hombre, convertirse en un icono, un símbolo, en un miedo palpable contra el que no pueden luchar. Soy Batman y esta noche soy la ley. Bienvenidos a ‘Batman Arkham Origins’.

Reinterpretando al hombre murciélago en ‘Batman Arkham Origins’


Complicada papeleta con la que ha tenido que lidiar Warner Bros Montreal. Un juego de éxito que se ha convertido en franquicia debido al gran trabajo de Rocksteady en las dos primeras partes y que ahora enfrenta su tercera entrega cambiando de estudio de desarrollo pero prometiendo conservar la esencia.

¿Cómo seguir la pauta de un modelo que no has empezado tú y del que los fans no parecen cansarse? Es en esos momentos en los que un estudio de desarrollo debe tomar una complicada decisión. Seguir con los mismos mimbres que han convertido el juego en un éxito o proponer verdaderas novedades que mejoren la fórmula. Y eso es complicado.

BatmanWarner Bros Montreal ha partido con desventaja desde el principio. Para los usuarios el juego era y es de Rocksteady así que pasarlo a manos desconocidas siempre levantó suspicacias. Por fortuna no había motivos para tener miedo y aunque han intentado dar su propia pincelada de color al cuadro de ‘Batman Arkham Origins’ la sensación general es otra. Basicamente han seguido a pies juntillas todo lo aprendido en las dos anteriores entregas y han añadido matices.

Empezando por la historia, situada antes de los eventos del primer ‘Batman Arkham Asylum’ y que nos presenta a un Señor de la Noche que aún está pagando algunas novatadas. Bruce Wayne sólo lleva dos años siendo Batman y toda su ristra de villanos y enemigos está todavía por formar.

De hecho seremos testigos durante el juego de cómo se crean estos lazos de amor / odio que unen a Batman con algunos de sus mayores enemigos. No os puedo decir más, no me forcéis. ¿Un Batman principiante puede luchar contra el crimen? Y es que eso de principiante me lo he sacado de la manga. Este Batman reparte más duro que nunca, las batallas son coser y cantar desde el principio y la habilidad de romper un ataque enemigo y partirle posteriormente la cara es algo que sucederá cada dos por tres. Batman es, contra la mayoría de enemigos, sencillamente imparable, invencible.

Los controles del murciélago son exactamente los de siempre. Si os quedásteis con más ganas de repartir manteca en los dos primeros juegos esta entrega os vendrá como anillo al dedo.

Y es que la fórmula del juego es exactamente la misma que la que vimos en ‘Batman Arkham City’. Un entorno abierto, en esta ocasión la ciudad de Gotham, malos diseminados por el escenario y el murciélago corriendo de aquí para allá intentando desentrañar el hilo argumental mientras se suceden misiones de la trama y aventuras secundarias dispuestas para que aumentemos de nivel al personaje, desbloqueemos contenido o disfrutemos del placer de ajusticiar unos matones de tres al cuerto.

Algo que me ha llamado mucho la atención es la contundencia con la que Batman arremete contra sus enemigos. Ya sabemos que el señor de la noche no es precisamente como Superman y si se tiene que manchar las manos de sangre está dispuesto a hacerlo. Pero hasta un límite. Juraría que en este juego he visto al murciélago partir cuellos y asesinar a la espalda. Algo que en principio Batman no haría. Pero imagino que es un detalle que los que no son fans del murciélago pueden dejar pasar por mucho que a mí me haya sorprendido.

Una Gotham City sin vida


BatmanCurioso el cambio que se produce en esta tercera entrega. Puede parecer una nimiedad pero no lo es. Tanto ‘Batman Arkham Asylum’ como ‘Batman Arkham City’ tenían ese carácter de “sandbox” que tan bien le sienta a la saga y que se repite en este ‘Batman Arkham Origins’ pero con un cambio sustancial. En las dos primeras entregas era Batman el que se sumergía en un entorno acotado repleto de enemigos. Una isla o una parte de la ciudad abandonada, vallada y separada del resto en el que los malos campan a sus anchas.

Batman era el extraño en un entorno hostil y así se explicaba la ausencia de ciudadanos normales, coches, situaciones cotidianas… en definitiva, toda la vida que una ciudad normal podría tener y en cierto modo a todo a lo que nos han acostumbrado compañías como Rockstar con sus GTA’s. Aquello no eran ciudades normales.

Pero ahora paseamos por Gotham City y esto sí que es una ciudad normal. O mejor dicho, debería serlo. El juego nos cuenta que hay una tempestad y que las autoridades le piden a los ciudadanos que no salgan de sus casas. Y tan anchos que se quedan. Una ciudad vacia, completamente desierta, sin vida y sólo poblada por pandas de mafiosos de tres al cuarto que repiten vestuario.

No cuela, el entorno no tiene vida, está muerto por muchas lucecitas que hayan colocado. Y es una lástima ya que el esfuerzo artístico para presentarnos una Gotham atractiva es encomiable. Un entorno bonito, preciosista pero vacío y carente de vida por el que Batman salta de tejado en tejado.

‘Batman Arkham Origins’ es como ver una buena banda de covers


Batman SladeLeía esa frase en un análisis inglés y no me la podía creer. No puede ser, pensaba, tienen dos juegos excelentes como base para no ser capaces de crear un tercero al nivel. Tan sólo con seguir los pasos de los dos anteriores ya tienen casi todo el trabajo hecho… y sin embargo, después de jugarlo, la suscribo al 100 por 100.

‘Batman Arkham Origins’ tiene buenos momentos y en general bebe completamente de las dos anteriores entregas pero carece de ese punto genial que tenían. Tendremos buenos momentos, pero no momentos excepcionales, de los que se te quedan clavados en la memoria.

Las pesadillas de Batman con la muerte de sus padres en el primer juego, el enfrentamiento contra Ra’s al Ghul en el segundo… momentos impactantes que consiguen elevar de categoría a un buen juego y convertirlo en un juego excelente. Todo en este nuevo Batman nos suena, lo hemos vivido antes de un modo parecido, es como una banda rockera de covers clavando un tema de AC/DC. Mola, suena bien y te hace pensar en lo grande que es la banda original. Aquí la banda original fueron los dos primeros juegos.

Y eso que en Warner Bros Montreal han intentado profundizar en el aspecto más olvidado del murciélago: es un gran detective. A veces llegaremos a zonas en donde ha ocurrido algo y mediante nuestro visor de detective lograremos reconstruir la escena del crimen y ver qué demonios había pasado. Es un añadido muy interesante (aunque se limite a hacernos pasear y pulsar sobre zonas de interés) que sin embargo se aprovecha muy poco durante el juego. Quizá incidiendo en ello hubieran conseguido encontrar su propia esencia.
Conclusión
‘Batman Arkham Origins’ es un muy buen juego y un más que digno heredero del trabajo de Rocksteady. Los fans del murciélago podemos estar contentos ya que si nos habíamos quedado con ganas de seguir impartiendo justicia al estilo Bruce Wayne tenemos un gran reto por delante.

Eso sí, esperábamos más. Del mismo modo que no podemos negar que sus grandes aciertos pasan por seguir respetando la fórmula de siempre, debemos quejarnos ante la falta de innovación o de riesgo asumida por el equipo de desarrollo.

En ese camino por intentar ser fiel a sus orígenes y entregar un producto del que los fans no recelasen se ha perdido la oportunidad de darle un nuevo giro a la saga. Un giro que en Rocksteady supieron darle a la secuela tras un brillante primer título y que nos ha dejado escenas y momentos para el recuerdo.

En esta tercera entrega disfrutaremos de nuevo con el murciélago, pero ni más ni mejor que antes.



Plataformas: PS3, Wii U, PC y Xbox 360 (versión analizada)
Desarrollador: Warner Bros. Games Montreal
Compañía: Warner Bros. Interactive Entertainment
Lanzamiento: ya disponible (25 de octubre de 2013)
Precio: 59,95 euros (En Amazon está a 51,13 euros)


 Fuente vidaextra.com

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